miércoles, 18 de junio de 2008

Dieta para pacientes que padecen de úlcera gastroduodenal

Tiene como objetivos aliviar o no provocar síntomas, principalmente dolor, así como mantener el estado nutricional y favorecer la cicatrización de la lesión. Salvo este último, los demás objetivos se creen vigentes.

El dolor puede ser provocado por el pH ácido y por irritantes locales físicos o químicos. Las normas dietéticas, pues, se basarán en:

a) neutralizar el HCl

b) no favorecer su secreción o, al menos, no hacerlo sin neutralizarla al mismo tiempo.

c) evitar los alimentos capaces de producir irritación local sea de causa física o química.

Con los actuales inhibidores de los receptores H2 (cimetidina, etc.) se ha acortado espectacularmente la evolución del brote ulceroso, con lo que la dieta se liberalizará en pocos días o semanas.

Durante las primeras fases de un brote ulceroso se seguirá un plan de alimentación progresivo, con alimentos hervidos, poco condimentados, de digestión sencilla (dieta blanda para el ulcus), seguido al remitir los síntomas de una dieta más amplia, con alimentos a la plancha, guisos sencillos, y que sea del agrado del paciente, al mismo tiempo que bien tolerada. Es útil darle unas normas sencillas por escrito, y no decirle simplemente que «puede comer todo lo que le siente bien».


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